El Calvario es una estructura que permanece en el olvido de gran parte de los Fortuneros, pero sin este bien cultural no se entiende la independencia política y jurídica del pueblo Fortunero.

El Calvario está situado junto a la carretera que une Fortuna con el polígono industrial, MU-423, a la altura del cementerio municipal, ocultado y quizás esta sea una de las causas por la cual se desconoce su existencia entre gran parte de la población, tras un taller de neumáticos, antes de la construcción de este taller la estructura del “Calvario” era lo primero que se veía cuándo se entraba en Fortuna.

Su cuerpo está abierto con arcos en sus cuatro caras que tiene una piedra vertical de arenisca clavada en su mismo centro, “El Calvario” era el lugar donde se ejercía la justicia en Fortuna, en este lugar se llevaban a cabo ejecuciones, castigos y exposiciones de delincuentes, resumiendo su utilidad se trata de una antigua horca que se implantó el 19 de Junio de 1628, con lo cual este edificio simboliza la independencia de Fortuna que desde el año 1628 tenemos el orgullo de poseer y también es una prueba de que Fortuna tenía soberanía propia en materia judicial.

El motivo de que se sitúe a la entrada del pueblo es muy sencillo, es lo primero que se ve con su entrada y en su época indicaba que los foráneos entraban en una villa con jurisdicción propia. En cuanto al valor artístico de este “edificio” podemos decir que es un edículo sobrio y muy sencillo, ya que solo cuenta con cuatro arcos en las cuatro caras, uno de ellos que más amplio que se utilizaba como entrada al edículo, pero a pesar de carecer de valor artístico tiene un valor cultural muy importante, indica la independencia fortunera.

Actualmente se encuentra en estado lamentable a pesar de la importancia que tiene para la historia de Fortuna, corremos el riesgo de perder esta parte de nuestro patrimonio, esta parte de nuestra historia y nuestros valores, solo por la desidia y el desconocimiento de que es y que significa, a simple vista no parece nada importante, pero en realidad es todo lo contrario.