Dentro de la Semana Santa de Fortuna, la procesión del ‘Santo Encuentro’ es la que más colorido y expectación desata. Todas las cofradías (excepto la del Resucitado) salen a las calles de Fortuna para rememorar el camino que Jesús siguió hasta el monte Gólgota o Calvario en la mañana del Viernes Santo.

Esta procesión tiene su origen en el año 1940, aunque se cree que se realizaba otra procesión de similares características antes de la guerra civil.

La procesión comienza a las nueve en punto de la mañana, con la salida de la cofradía de San Pedro, en primer lugar el paso del Ecce Homo, tras él, el de la Santa Mujer Verónica (sin el nazareno con el que procesiona el Domingo de Ramos) y el paso de San Pedro Arrepentido.

Tras la Cofradía de San Pedro sale a las calles de Fortuna el santísimo Cristo de la Columna, y seguidamente la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, con nazarenos sin capa y de terciopelo lila en la túnica, portando, al igual como lo hace el titular de la cofradía, una cruz de madera al hombro.

En el sexto lugar de la procesión del Santo Encuentro va la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, con Cristo Crucificado en el paso, y con los nazarenos de túnica rosa cardenalicio y blanca capa. Tras ellos la Cofradía de la Virgen de la Caridad, un paso que representa a Cristo descendido de la cruz, y a los pies de la misma sobre las piernas de su Madre.

Les sigue el evangelista Juan que con una palma en su mano izquierda, al igual como portan todos los nazarenos de la cofradía, que indica el camino a la Virgen de los Dolores, que cierra el cortejo procesional.

Uno de los indicativos de que la Semana Santa de Fortuna se remonta al siglo XVII es el traje típico de novia fortunera; un traje que tradicionalmente sale en la procesión del Viernes Santo por la mañana antecediendo a la Cofradía de la Virgen de los Dolores. Popularmente, las mujeres que lo portan son conocidas como ‘Las Pavas’. Ataviadas con la basquiña y la mantilla, de riguroso luto, su función se centra en los rezos durante todo el trayecto, portando entre sus manos un rosario.

Una curiosidad de esta procesión es la representación de las tres caídas de Cristo y del Encuentro. Las caídas se representan con el paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno en el suelo, caído, y sus nazarenos arrodillados. La primera de ellas se hace al principio de la Calle de la Cruz, ante el Cuartel de la Guardia Civil, la segunda se hace al término de la Calle de la Cruz, en la esquina con la Avenida de Salzillo, la última de las caídas representa el Santo Encuentro.

El tramo que va de la Calle de la Cruz al Parque de la Cruz, es tramo tanto de ida como de vuelta de la procesión, por el carril izquierdo suben las cofradías, y por el derecho comienza el retorno a la Iglesia Parroquial.

La tercera caída se hace en la esquina con la Calle Príncipe de Asturias, cuando Nuestro Padre Jesús Nazareno va de vuelta y la Virgen de los Dolores sigue en el itinerario de ida, en el momento en el que los dos pasos se encuentran, el Nazareno cae por tercera vez ante la mirada de la Virgen de los Dolores. Los pasos se acercan y quedan enfrentados entre sí, produciéndose el Santo Encuentro.

La procesión termina sobre las dos y poco de la tarde con la entrada en el Templo Parroquial de la Virgen de los Dolores.