A las nueve de la mañana del Domingo de Resurrección, suenan los primeros cohetes en Fortuna, es el símbolo de que Cristo ha resucitado. El primero en salir por la puerta de la Iglesia Parroquial es el paso de San Pedro, no el Arrepentido, sino un San Pedro Papal, que porta las llaves del cielo y los evangelios.

Tras él sale María Magdalena seguida de San Juan y por último la Virgen de los Dolores, que mantiene su manto negro, por el luto.

Estos pasos se dirigen hacia la Ermita de San Antón por el camino más corto, calle Purísima, C/ Sánchez Bautista y C/ de la Cruz. Al llegar a la ermita de San Antón todos los pasos, lugar donde han dejado el Yacente en la noche del Viernes Santo y que en esta mañana de Domingo de Resurrección alberga al Resucitado, se le quita el manto negro a la Virgen de los Dolores, y se le deja con un manto azul cielo.

La Dolorosa se acerca a la puerta de la Ermita, la cual se abre de par en par para dejar salir las palomas blancas y la figura solemne de Cristo Resucitado o conocido popularmente como el ‘Niño Resucitado’.

Antes de comenzar la procesión se realiza la ‘Jura’ o ‘Jugar’ la Bandera, este ritual consiste en que al ritmo del redoble de un tambor, distintos vecinos de Fortuna voltean una bandera hasta enrollarla completamente por el mástil, para volver a desenrollarla jugándola al sentido contrario; este cambio de sentido se hace bajo el grito de ‘Aire’.

La bandera, contiene las inscripciones de ‘Viva el Niño Resucitado, en memoria de Francisco Gomariz de sus hijos, año de 1979’. Una vez se termina de jurarla se grita ‘¡Viva el Niño Resucitado!’ y se pasa la bandera a otro vecino que repite el mismo proceso.

El rodaje de la bandera se hace en los cruces por los que discurre la procesión, los cuales son: el cruce de la calle de la Cruz con la calle Remedios, el cruce de la calle Jesús con la calle San José, la plaza de España y la plaza Juan XXIII.

Es una de las procesiones que tiene más tradiciones y curiosidades. Los únicos nazarenos que procesionan son los de la Cofradía del Niño Resucitado, además se pueden observar petaladas desde los balcones a lo largo del recorrido. Igualmente, los pasos llevan un ritmo mucho más rápido, símbolo de la alegría, y acompañados por bandas de músicas que van interpretando pasodobles y fandangos.